Un paso cada vez, así aprendimos a caminar

viernes, 12 de junio de 2009

 

¿Y como medimos el paso del tiempo?.

         Quizás lo midamos por las marcas físicas que nos va dejando, una arruga, una cicatriz, una cana. Podemos medirlo por los errores y aciertos cometidos (esperando que hayamos acertado muchas más veces que errado), medirlo por la experiencia adquirida o por la pérdida de nuestras ilusiones. Siempre, siempre nuestras ideas determinaran la forma en que veamos el mundo y nuestro transito por él.

           Particularmente lo mido por conquistas logradas, eventos que marcan hitos y definen las etapas de la vida. Pero, y aquí viene una pregunta con trampa, ¿cuantos eventos así ocurren en la vida de una persona promedio?, pocos o muchos, dependiendo como sientas que algo te marque. Por ejemplo, un día nací, pasó el tiempo, comencé a estudiar, pasó el tiempo, empecé a trabajar…. No se ve muy agradable.

              Logré sacar una sonrisa, comencé una amistad, pasé una noche conversando, comí un helado, fuimos al cine, viajamos juntos… vaya, eventos pequeños que forman una vida. Una vida juntos.

              14, un paso cada vez. Así aprendimos a caminar.

Freddy R.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Freddy…

Sigues teniendo ese don de traerme hasta aquí, y querer quedarme.

Luego de leer y releer este escrito que hoy habla del tiempo, y de esas pequeñas cosas que van sucediendo en la vida de las personas, me detuve a pensar en los sueños que he tenido, y en esos detallitos que me han marcado con una tinta indeleble en medio – a veces – de la trivialidad, del día a día, sonrisas que van quedando, ganas que fui teniendo, besos que he dado, abrazos que he abrazado, y en ese cavilar me di cuenta que no todo ha sido malo, que la vida dentro de todo es justa. Nadie dijo que sería fácil.

Recuerdo cuando caí de la bicicleta la primera vez –no te rías no fue hace tanto– sentí cólera, frustración, y creí que no lo lograría, sin embargo como una campeona me levanté y lo hice, sí, di muchas vueltas emocionada y desde ese momento no hubo quien me detuviera, siempre que emprendo algo nuevo recuerdo ese día, aprendí bien que a pesar del no saber, del miedo y de la incertidumbre de si vas a caer hay que arriesgarse, y así lo hice yo… Sin miedos, con ganas.

Gracias por deleitarnos con tus letras, siempre dejan un mensaje y el de hoy es que no hay que detenerse nunca, ir poco a poco pero con paso firme, lo aprendo Freddy, con la esperanza de que un día cuando esté en la cima pueda gritar. Estoy aquí y me gusta, soy grande.

Este 12 de junio te digo que el tiempo es un factor, lo que medimos y sopesamos es todas esas vivencias que se suceden en instantes mágicos. Las mías van acompañadas de grandes seres, me regalan sonrisas, y miradas ciertas, seres como tú que hacen de mi vida un milagro.

Fiorella Bártoli.